La música está presente siempre en los grandes momentos de felicidad, en los cumpleaños, en las bodas y también, en instantes de inmenso duelo, en los funerales. La música es emoción en estado puro. Y porque tiene la virtud de generar, provocar y hacer aparecer emociones en los demás, positivas y también negativas.
La música puede tener un papel fundamental en la manera de resolver los conflictos.